Por Juan Tomás Valenzuela
Algunos desaprensivos,
festinaron el baluarte,
poniendo el nombre de Duarte
a la esfinge de Danilo.
¡Señor mío! Hay que estar vivo
pa’ver semejante afrenta.
El que la gente disienta
de las ideas del Ungido,
no es pa’haberse confundido
de forma tán desatenta.
Ningún ser en esta vida,
acumula tantos méritos
como nuestro benemérito
y venerado rey Midas.
No hay otro comecomía,
por más que prive en patriota,
que pueda calzar las botas
de nuestro benefactor,
ni merezca tanto honor
cómo esta insigne marmota.
Ponerle el nombre de Duarte
al marido de Candita,
es cuál confundir a Chita
con Napoleón Bonaparte.
Solo alguien que viva en Marte
puede ser tán distraído
pa’confundir al Ungido
con cualquier hijo e’vecino,
ya sea Duarte, sea Quirino,
o Satanás redimido.
16 julio 2018